Métodos de análisis

El análisis técnico consiste en evaluar los valores basándose en los movimientos históricos de los precios, el volumen y los patrones gráficos para predecir el comportamiento futuro de los precios.
El análisis fundamental, en cambio, examina la salud financiera de una empresa, los indicadores económicos y las condiciones del sector para determinar su valor intrínseco.
Mientras que el análisis técnico se centra en las señales y tendencias comerciales a corto plazo, el análisis fundamental se utiliza para evaluar el potencial de inversión a largo plazo.
Ambos enfoques pueden combinarse para tomar decisiones de negociación e inversión bien fundamentadas.

Empecemos por los técnicos.
Su herramienta clave es el gráfico financiero, que estudian, sobre el que pegan indicadores técnicos e intentan discernir niveles clave y pautas repetitivas.
Su creencia es que todo el RUIDO externo, así lo llaman, está incluido en el comportamiento del gráfico, y que el análisis fundamental es, por tanto, una pérdida de tiempo.
Ahora bien, antes de desechar esa idea, pensemos un momento.

El gráfico refleja el comportamiento de los operadores: si creen que algo es barato y va a subir, compran.
Si piensan que es caro y va a bajar, venden… antes de que sea demasiado tarde.
Si aceptamos que el comportamiento humano es más o menos constante, que la gente reaccionará en el futuro a estímulos similares a los que tuvo en el pasado, entonces empiezan a surgir patrones.
Y si suficientes operadores están ocupados estudiando los gráficos en lugar de leer las noticias, entonces esos patrones se autoperpetúan… una especie de sistema cerrado ideal.

Los fundamentalistas, en cambio, estudian el valor inherente de un activo.
En acciones, estudian el sector circundante de una empresa, su gestión, sus informes financieros, etc.
En divisas, estudian la política y los anuncios económicos.
En las materias primas, es todo lo anterior más el tiempo.
En resumen, aquí no hay aburrimiento.
Entonces, basándose en eso, evaluarán cuál debería ser el precio justo de un activo y si está sobrevalorado -venderlo- o infravalorado -comprarlo-.
Su principal herramienta es el calendario económico, los informes trimestrales de las empresas, las noticias, etc.
Obviamente, este enfoque tiene más sentido, a primera vista.
Pero recuerda: las finanzas son números, y no siempre es fácil traducir el texto en números.
Incluso con los indicadores económicos, que PROPORCIONAN números, es difícil cuantificar cómo se sentirá la multitud.
Así que, ¿quizás el enfoque gráfico tenga más sentido?

Pues bien, quizás un día, tendiendo un puente sobre eso, ahora también tenemos el análisis de sentimientos.
Es un enfoque MUY nuevo, pero que se utiliza cada vez más de muchas formas interesantes.
A menudo denominado minería de opiniones o finanzas conductuales, aquí tenemos una especie de amalgama de ambos estilos, con una vuelta de tuerca.
Básicamente, los ordenadores escanearán las ondas -es decir, noticias, anuncios e incluso twitter- y buscarán términos clave.
Ciertamente, se trata de un campo relativamente nuevo que depende del procesamiento de grandes datos y del desarrollo de algoritmos.
Pero está lo suficientemente establecido como para que ya haya cursos a la venta en Internet

La cuestión al final del día es, ¿te sientes más cómodo con los números o con las palabras?
¿Puedes confiar más en un gráfico bidimensional que en las palabras de un banquero central?
Evidentemente, el MEJOR enfoque es seleccionar el estilo que mejor se adapte a ti y utilizar el otro como confirmación.
Si las herramientas están ahí fuera, ¿por qué ignorar el 50% de ellas?